¡Ay, esos amigos que hacen de celestinas y acaban acertando!, yo lo he intentado en algunas ocasiones, pero debo dedicarme a otra cosa, porque ¡no acierto nunca! Los que sí atinaron fueron los amigos de esta bonita pareja que os presento hoy. Fátima y Pablo. Ella madrileña y él malagueño. A pesar de que Fátima había vivido en Málaga alrededor de diez años, no ocurrió hasta 2013 cuando los amigos de nuestros protagonitas los presentaron, culminando un noviazgo que comenzó en la distancia, en una emotiva boda repleta de amor.

Nuestra novia de hoy tenía muy claras las ideas acerca de su vestido de ensueño y la persona que lo hizo realidad fue María Blasco, de Oh Qué Luna. María, según me relata Fátima, captó a la perfección lo que ella estaba buscando: un vestido sencillo por delante, con la espalda abierta y caídas de tul a modo de capa. Creo que Fátima desprendía el día de su boda una dulzura especial y el vestido consiguió que transmitiera toda su esencia.
Fátima completó el look con un espectacular tocado de Martina Dorta, (podéis volver a recordar el post sobre esta firma, aquí) y como joyitas lució, pendientes y pulsera, regalo de la mejor amiga de la novia, de Joyería Hago, y su anillo de pedida de Vasco Joyeros. Del peinado se encargó Oui Novias y del maquillaje, su gran amiga Lydia, empresaria de Mary Kay España.
El ramo, asilvestrado, se lo diseñó Flores en el Columpio
Se casaron en la Iglesia de San Agustín, en Málaga, el sábado 2 de septiembre, a Fátima dicha Iglesia siempre le había parecido preciosa y con mucho encanto, además pertenece al colegio donde Pablo había estudiado, por lo que «estábamos destinados a casarnos allí«, me cuenta Fátima.
A pesar de que yo soy madrileña me considero más malagueña que otra cosa, pues me he criado aquí y es donde tengo mis raíces, mis amistades…
Por eso, en nuestra boda, tuvimos muchos guiños a Málaga, pusimos un biznaguero, una barca de espetos, un carro de helados de Casa Mira….
Tras la ceremonia, los novios y sus invitaron se trasladaron a la Hacienda del Álamo . Uno de los lugares más bonitos de Málaga, una finca con un encanto especial, ya que cuenta con un magnífico palacete del año 1800, mantenido en su integridad con el estilo de la época y explotada en la actualidad por Alabardero Catering, del que os estuve hablando en un post anterior, que podéis ver pinchando aquí
«Todo el equipo de Hacienda El Álamo nos aportaron mucha tranquilidad desde el principio, en especial, agradecemos el trabajo de Eva. Gracias a ella, el coordinar toda la boda desde la distancia ha sido pan comido.
De la decoración, tanto en la iglesia como en la Hacienda, se encargó Nuria de Idealdream Bodas
Su dedicación con nosotros fue maravillosa…confiamos plenamente en ella y el resultado estuvo muy por encima de nuestras expectativas. Los invitados alucinaron y se lo pasaron de lujo, y en gran parte es gracias a ella y a lo mucho que cuidó cada detalle.
La música la puso el DJ Kurro Navarro, quien nos hizo bailar hasta el amanecer y supo mantener a la gente al pie de la pista, dándolo todo ¡Nuestras madres incluidas!
Detrás de todas las imágenes, se encuentra el objetivo del genial fotógrafo Nicola Capilli, a quien la novia conocía desde la universidad.
Ha hecho un trabajo que habla por sí solo con estas preciosas fotos.
Y para el video confiaron en Séptima Dirección, una empresa granadina que también les hizo «sentir como en casa».
